Quistes Foliculares
1.-¿Qué es y cómo se origina?
Los quistes foliculares son aquellos quistes que se producen por el enquistamiento de una pluma o de más de una como consecuencia directa de una lesión producida en uno de los folículos de éstas. Este tipo de patologías pueden darse en cualquiera de las gamas de canarios que se crian en la actualidad en nuestras instalaciones deportivas, no obstante hay algunas especies que muestran una mayor predisposición genética a padecer este tipo de patología plumar.
2.-Factores que favorecen su aparición
El origen de los quistes foliculares parece estar asociado a una lesión en el folículo piloto, lo que impide que la pluma tenga un desarrollo normal. Este tipo de folículos, por su parte, pueden verse dañados por un cierto números de factores que no hacen más que ser factores predisponentes para la aparición de estos, tales como ciertos tipos de traumatismos, el picaje entre aves (en la mayoría de casos este picare se produce por la mano del criador al juntar demasiados aves en un mismo espacio), o una incorrecta manipulación del ave por nuestra parte también (como aquellos criadores que «retocan» aves de cara a concursos ornitológicos).
Las heridas en la piel también son decisivas cuando hablamos de posibles factors que favorecen la aparición de este tipo de quistes foliculares, puesto que dichas heridas también pueden llegar a dañar estructuras de la pluma, desencadenando igualmente este tipo de problemas. Por otra parte, también debemos considerar como factor predisponente las patologías infecciosas que afectan a la piel, puesto que este tipo de infecciones pueden desencadenar ciertos daños epiteliales con la suficiente gravedad como para que el daño alcance el folículo de la pluma.
Tal y como comentamos al principio, debemos de tener en consideración que ciertas variedades de canarios de pluma larga también presentan una mayor predisposición genética a padecer este tipo de quistes, como es el caso de las variedades nevadas, y, dentro de estos, los nevados de pluma larga.
Además de todo lo mencionado anteriormente, podemos nombrar algún otro factor que, en mayor o menor medida, puede ser crucial para la aparición de este tipo de patologías del ave, tales como la presencia de ectoparásitos, o el transcurso por parte del ave a ciertas mudas con carácter «anormal» (mudas «malas» o remudas).
3.-Cuadro clínico
En lo que se refiere al cuadro clínico que presentarán las aves, el aspecto será más o menos «normal«, eso sí, con el plumaje a veces muy desordenado debido a la presencia de estas anomalías en el plumaje. Aunque se tratan de quistes muy molestos para las aves, a veces, por su enorme tamaño, normalmente no suponen ningún tipo de problema para el ave, al menos en lo que a su supervivencia se refiere. Los quistes empiezan a aparecer como plumas con cierta malformación, completamente detectables a ojos de un criador experimentado.
Si el folículo de la pluma se encuentra muy dañado puede no llegar a formar una pluma en su interior, sino que directamente acumula queratina en su interior llegando a forma la estructura del quiste que pasa a darle su nombre. Estos quistes foliculares pueden dañarse de forma individual o colectiva, es decir, esto dependerá del número de folículos que hayan estado afectados. Por lo general, no suelen provocarle dolor a las aves, aunque a veces sufren pequeños sangrados ya que, dependiendo de la zona en la que aparezcan, puede sufrir roces en ciertas partes de las jaulas.
Los folículos dañados no se recuperan, es decir, lo normal será que si los eliminamos de forma quirúrgica, estos vuelvan a salir pasado un tiempo.
Normalmente este tipo de heridas se producen en las plumas coberteras de la espalda y/o de la nuca, así como en las largas plumas de los flancos de las aves.
Los ejemplares jóvenes no suelen presentar este tipo de malformaciones, siendo mucho más frecuente su aparición en ejemplares adultos que ya han pasado por varios procesos de muda.

4.-Prevención y cura
Una vez tenemos claro qué es esta enfermedad, los factores que favorecen su aparición, pasamos a lo más importante: la prevención y cura de ésta. El tratamiento de elección consistirá en la eliminación quirúrgica del quiste si lo hubiera, o, en su defecto y de forma previa, de la pluma que presentase ya de primeras una malformación en su estructura.
Los quistes secos pueden ser extraídos más fácilmente puesto que no presentan vascularización, y por tanto no hay problema de desangre.
Una vez extraído el quiste, y como ya hemos comentado anteriormente, lo más probable es que éste vuelva a salir. Para reducir el número de posibilidades de que esto suceda, aplicaremos nitrato de plata en el orificio resultante, evitando de esta forma que siga acumulándose queratina y, por tanto, su aparición.
AUTOR: Álvaro Ojeda García CN · 5D89 – Aviario Ojeda – Criador de Lipocromos amarillos clásicos y marfiles